En 1999, Julia Roberts apareció en el estreno de la comedia romántica Notting Hill con las axilas sin depilar. Los medios hicieron de aquello un escándalo. Imagina ahora la misma escena si en vez de eso la actriz hubiese aparecido con esos pelos de color azul neón. O de color rosa-algodón de azúcar. Sin duda, aquello hubiese sido un caos.
Y, sin embargo, en Internet cada vez más mujeres muestran sus axilas. ¿Al natural? No del todo. Además de aparcar sus máquinas de depilar, algunas mujeres se han hecho con kits de coloración. "Verde, púrpura, me encantan mi axilas arcoiris", exclamó una de ellas en Twitter.
Hasta tal punto llega la moda que las revistas femeninas ya se están cuestionando. "Colorearse el vello de las axilas será la próxima tendencia de belleza", dice el sitio Jezabel. El fenómeno ha tenido también un artículo detallado en el diario Los Angeles Times.
El periódico habla con la peluquera Roxie Hunt, que en su blog detalla cómo colorea en azul el vello de las axilas de su colega. "Nos reímos y nos maravillamos de la belleza de su cabello azul. El color de sus axilas coincidían perfectamente con el color de su pelo. Era una resonante victoria para los partidarios del pelo". Una "victoria" que fue compartida más de 30,000 veces.
Con todo, todavía hay reticencias a compartir las imágenes de sus axilas de colores. En Instagram, el hashtag #dyedpits agrupa sólo una treintena de fotos (una veintena hace sólo unos días, así que poco a poco el número de imágenes va aumentando).
"No importa", dijo Destiny M. "El objetivo no es reemplazar una norma por la otra, sino sólo decir que estamos aquí, que existimos, que podemos hacer lo que queramos con nuestro cuerpo sin que moleste a nadie", explica esta bloguera de 17 años. En septiembre, el vídeo donde muestra su axila azul causó un gran revuelo en Internet. Desde entonces, ha publicado un artículo en la web Frothmagazine.
"Las mujeres también tienen pelo, es así. Pero se consideraba sucio y feo", explica. "Desde que tenía diez años he pasado mucho tiempo quitándome el pelo, hasta el punto de que se convirtió en una obsesión. Este verano me decidí a hacer un desafío a la sociedad y dejar de depilarme el pelo de las axilas. Hace dos meses me dije: "¿Y si voy un poco más allá? Y me coloreé el pelo".
¿Una tontería? Algunos periodistas cuestionaron este comportamiento. En un artículo en Metro titulado "Colorear el pelo de las axilas convierte el feminismo en ridículo", Kate Bellamy escribió: "Cuando se trata de feminismo hay batallas más importantes que ganar".
Roxie Hunt, la peluquera cuya entrada en el blog se volvió viral, tiene otra visión: "Colorear las axilas no es doloroso y no veo ninguna razón para no hacerlo de nuevo. Quizá la próxima vez lo hagamos con nuestro vello púbico, sólo por diversión", bromea.
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